viernes, 31 de octubre de 2014

Tintero Desgastado

Cuando la tinta de mi vida se acabe recordaré todos los trazos que escribí con ella. Desde las mayúsculas mal empleadas para citar dificultades mínimas, hasta los paréntesis que cobardemente susurraron aquello que con un grito debí anunciar.

Pensaré en cada personaje que apareció en mi camino. A los principales los mantendré junto a mi pecho hasta que con el último capítulo los pueda exhalar. A los secundarios soltaré de inmediato, para siquiera recordarlos con dos gotas de pesar. Leeré las emociones subrayadas en el trayecto, antes que el olvido las convierta en tristeza de humedad.

Sufriré los puntos finales de las historias de amor que asesiné por no verlas morir de ansiedad. Temblaré los párrafos extasiados de placer que mi cuerpo me permitió disfrutar y agradeceré los anexos de travesías inesperadas que me salvaron de ahogarme en la normalidad. Cuando la tinta de mi vida se acabe intentaré buscar entre las hojas escritas una pista de lo que seré si el lenguaje no me reviste más. 

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