viernes, 31 de octubre de 2014

Pequeño verdor




Esos prejuicios de pensarte áspero, de creerte amenazante. La gente no entiende. ¡Qué va a entender!. Ni los pájaros que tanto te buscan comprenden porque acercarse a ti para ellos equivale sufrir. La indiferencia tiene forma de espinas, pensé el día que te vi. Eras un pequeño verdor que asomaba tímidamente por las piedrecillas.
¡No vas a llevar eso! – recuerdo me dijeron. Si quiere hermosear su casa señorita, elija rosales o estos maravillosos tulipanes que tanto encantan a las damas- insistía el vendedor. Pero, ¡Qué van a entender ellos! Cómo podrían comprender que de un árido cactus puede brotar tanta ternura como de cualquier flor.     

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